chupitangas: Holly Golightly...

Holly Golightly...

"Desayuno con Diamantes" es mi película favorita, y no por el lado romántico, chochi y glamuroso (que también) sino porque es mucho más oscura, humana y esquinada de lo que parece.

Tampoco me gusta por la relevancia que ha tenido el papel de Audrey Hepburn, eso de convertirse en un icono y ser una referencia de tantas cosas... (que también)

No sé por qué justifico y adoro el personaje de Holly Golightly... Sé que es una puta (de profesión), una inconsciente caprichosa e inmadura, con fobia al compromiso, que trata de culo al pobre gato sin nombre y al casi impasible "amigo Fred"

Dicen (en la peli) de Holly que es una farsante; pero es una farsante auténtica, ya que se cree sus propias fantasías...

No puedo evitar identificarme con una pobre pueblerina que se inventa un personaje frívolo, coqueto y excéntrico para sobrevivir en una gran ciudad dominada por hombres como Nueva York. Necesita reinventarse a sí misma para sacar el valor de seguir adelante y cumplir su objetivo: casarse con un millonario para obtener esa maravillosa seguridad que da el dinero y el lujo, y sobre todo no depender de nadie emocionalmente (es una decisión muy práctica...) Según ella, no quiere perder su libertad por algo tan poco palpable como el amor, después de lo que le ha costado llegar a desprenderse de su pasado y convertirse una mujer sofisticada, urbana e independiente.

Finalmente se descubre que toda su farsa es una cortina de humo: creer que no necesita a nadie, creerse un ser salvaje e independiente, evadir sus responsabilidades para con el resto; porque, como le dice el entrañable "amigo Fred":

-No quieres que nadie te ponga en una jaula, pero tú te has construido una.. No puedes escapar, vayas donde vayas siempre te encontrarás contigo misma, no hay escapatoria... Las personas se pertenecen las unas a las otras porque es la única manera de ser feliz.

¿Y los días rojos que nombra Holly? Esos días en los que el pasado de toda mujer sofisticada y evanescente, que proyecta una imagen despreocupada y feliz, le invade y le posee, transformándola en una mujer amargada, sola, asustada, que quiere huir de las losas de su pasado y de la incertidumbre del futuro. Unos días en los que sólo tiene ganas de ser una niña protegida por sus padres y llorar desconsoladamente... ¿Quién no ha tenido un día rojo?

Gracias a Blake Edwards por ese final maravilloso: corriendo bajo una purificadora lluvia, en busca de SU gato que (hasta que no lo ha dejado escapar, no se da cuenta la tonta de ella...) siempre ha sido suyo, como el "amigo Fred", la única persona con la que no ha tenido que desempeñar ningún papel, el único que ha sabido verla desde el principio como es y aún así quererla...

Qué lluvia más bonita, qué fantástico Henry Manccini ("Moon River", Holly sobre el alféizar de la ventana, reconciliándose con su pasado, despojada de su engañoso y elegante disfraz) el gato aplastado entre ellos, la gabardina con las manoletinas, el plano general en las aceras de Nueva York...