chupitangas: Las leyes de la atracción...

Las leyes de la atracción...

¿Qué hace que un hombre nos atraiga y otro no?

¿Cuántas veces hemos dicho "me atraen lo cabrones" o "si hay un gilipollas a 50km a la redonda seguro que me lo tiro"?

Ojalá pudiéramos elegir quién nos gusta, como el típico amigo al que te lo llevarías hasta la tumba pero no te excita...

Tal vez el pervertidillo de Freud tenga razón y todo dependa de complejos de Edipo, figuras paternas o "yos" autoritarios...

El otro día vi un reportaje en la tele con una teoría que me inquietó:

Decía que las mujeres eligen al hombre que les excita de una manera inconscientemente química. Seleccionan al hombre más fuerte y afín para la supervivencia genética de sus futuros descendientes... ¡Qué horror! ¡Ni voz ni voto, deciden los ovarios!

Tal vez no sea tan descabellado, al fin y al cabo somos animales (algunos más que otros)...

Pero entonces... ¿qué pasa en mi caso? Los elijo como si yo fuera una mujer (¿si no tengo ovarios, quién me manda?) o tal vez soy yo el macho que elige un útero ideal (¡?!)

¡Qué lío! Debe ser algo más bien físico. Aunque me cuesta creer que el hecho de tener el pecho depilado, no tener barriga o los labios operados haga que alguien resulte idóneo para perpetuar la raza humana... Es todo tan subjetivo...

Hay rasgos objetivos que deben hacer a algunos hombres más atractivos que a otros: una armonía en el rostro, un cuerpo atlético, una voz bonita... En mi caso me encantan los muslos de futbolista. Alguien dijo "No hay nada más bonito que las piernas de un hombre cuando son bonitas".

De todas formas hay días que me excita cualquier hombre (bueno, casi todos), a todo hombre puedo sacarle algo que merezca la pena.

¿Eso querrá decir que mi instinto sabe que no tendré descendencia y que puedo tirarme a cualquiera? ¿Que no es necesario buscar una perfecta unión genética, así que "todo el monte es orégano"?

Igual la teoría más probable es la de las famosas feromonas, las hormonas que liberamos para atraer al otro... Aunque hoy en día algunos perfumes llevan feromonas, de manera que cualquiera podría ser el líder de la camada (o el que tenga dinero para comprarse dichos perfumes). Además, ésta teoría nos devuelve al mismo rollo de que todo depende de nuestros instintos animales y no de nuestra propia persona, perversión o carácter...

Creo que las leyes de la atracción seguirán siendo un misterio.

Lo mejor, hacer caso a Samantha (de "Sexo en Nueva York") y probarlos todos, así sabremos cuál es el ideal...