No voy a salir...
No voy a salir mañana…
He decidido no perder mi tiempo y mi dinero en algo que realmente no disfruto y que lo hago, a veces, por compromiso o por inercia.
Me fuí de Vitoria (entre otras razones) porque es la ciudad más aburrida, paleta, sosa y deprimente que conozco (aunque Burgos...)
Al llegar a Madrid, obviamente, quería salir por Chueca y sumergirme en la vorágine de un mundo "Over de Rainbow", con gays expresándose con naturalidad, buen rollito, música guay, gente super-maja...
Pero al poco me di cuenta que era precisamente lo contrario. Un getto de maricas de pose con pluma forzada, aparente, interesado, cutre, con música horrible y olor a "Le Male" de Gaultier.
Tal vez empiece a ser el primer maricón homófobo, pero me pone enfermo el ejemplar de gay "chuequil": va al gimnasio para lucir sus caros trapitos el finde en las mierdadiscos de un barrio horroroso, se mete de todo, sólo sale para follar al primero que se lo ofrezca, se dedica toda la noche a fichar, a criticar y a hacer la marica gritona durante horas hasta que se le derrita el maquillaje o le revienten el culo (todo esto con una b.s.o. de potar)
No me gusta el mercado de la carne…
No me gusta fingir un papel ni parecerme a los demás...
No quiero ser fagocitado por mi orientación sexual (digo "orientación" no "opción" porque yo no he elegido nada...)
El problema es que tampoco me gusta salir por un ambiente en el que no haya gays, no me gusta que me miren si bailo haciendo el imbécil, si soy el único que sabe mover la cadera o si le doy un beso a mi novio.
Tampoco me gusta rodearme del ambiente machirulo y rebuznante de los bares "heteros"
No existe un término medio. No hay sitios realmente donde haya "de todo".
Madrid es una trampa. ¡No me gusta ni una sola discoteca!
Madrid te ciega con sus luces y luego resulta ser una Vitoria llevada al extremo, exagerada y deforme.
He decidido no perder mi tiempo y mi dinero en algo que realmente no disfruto y que lo hago, a veces, por compromiso o por inercia.
Me fuí de Vitoria (entre otras razones) porque es la ciudad más aburrida, paleta, sosa y deprimente que conozco (aunque Burgos...)
Al llegar a Madrid, obviamente, quería salir por Chueca y sumergirme en la vorágine de un mundo "Over de Rainbow", con gays expresándose con naturalidad, buen rollito, música guay, gente super-maja...
Pero al poco me di cuenta que era precisamente lo contrario. Un getto de maricas de pose con pluma forzada, aparente, interesado, cutre, con música horrible y olor a "Le Male" de Gaultier.
Tal vez empiece a ser el primer maricón homófobo, pero me pone enfermo el ejemplar de gay "chuequil": va al gimnasio para lucir sus caros trapitos el finde en las mierdadiscos de un barrio horroroso, se mete de todo, sólo sale para follar al primero que se lo ofrezca, se dedica toda la noche a fichar, a criticar y a hacer la marica gritona durante horas hasta que se le derrita el maquillaje o le revienten el culo (todo esto con una b.s.o. de potar)
No me gusta el mercado de la carne…
No me gusta fingir un papel ni parecerme a los demás...
No quiero ser fagocitado por mi orientación sexual (digo "orientación" no "opción" porque yo no he elegido nada...)
El problema es que tampoco me gusta salir por un ambiente en el que no haya gays, no me gusta que me miren si bailo haciendo el imbécil, si soy el único que sabe mover la cadera o si le doy un beso a mi novio.
Tampoco me gusta rodearme del ambiente machirulo y rebuznante de los bares "heteros"
No existe un término medio. No hay sitios realmente donde haya "de todo".
Madrid es una trampa. ¡No me gusta ni una sola discoteca!
Madrid te ciega con sus luces y luego resulta ser una Vitoria llevada al extremo, exagerada y deforme.
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